La carretera que conduce a Palm Springs es una salida polvorienta y complicada de la autopista transcontinental 10. Un ejército de gigantescas turbinas eólicas a ambos lados de la State Route 111 en California domina el paisaje desértico, con sus hélices cosechando diligentemente energía para la red eléctrica. La grava y la arena hacen remolinos sobre el asfalto de la carretera que rodea la base desmoronada del monte San Jacinto. Ésta es la puerta de entrada (nada prometedora) al valle Coachella y su afamado centro turístico, y, como la señalización de la carretera anuncia, a “otras ciudades del desierto” con nombres que evocan al místico y árido Oeste: Cathedral City, Rancho Mirage, Indian Wells, Bombay Beach.